El Monumento por la Memoria y por la Vida, es una expresión del arte público comunitario que se solidariza con las búsquedas y la voz del movimiento de víctimas que a pesar de la violencia y el uso selectivo del terror se viene abriendo paso en el país.
Con este dispositivo, conformado por miles de ladrillos blancos que tienen inscritos los nombres de un sinnúmero de víctimas de la guerra sucia, el conflicto armado y la violencia sociopolítica, hemos empezado a generar diálogos comunitarios sobre nuestras maneras de vivir y de relacionarnos, a incentivar el surgimiento de otras versiones de la memoria, distintas a la memoria “oficial”, hemos empezado a movilizar acción social en defensa de la vida y sentimos que estamos empezando a incidir en la construcción de opinión pública a favor de la verdad, la justicia y la reparación integral, vistas y asumidas desde la perspectiva de las víctimas.
El Monumento por la Memoria y por la Vida se ha constituido en un pretexto para la construcción y la activación de la memoria (siempre que se instala se recogen nuevos datos suministrados por los familiares de las víctimas); un incentivo para resistirse individual y colectivamente a la desmemoria y el olvido; un ámbito propicio para la aparición de la palabra y la ensoñación de renovados proyectos de convivencia y de futuro y un pretexto propicio para la elaboración de duelos.
Con este dispositivo, conformado por miles de ladrillos blancos que tienen inscritos los nombres de un sinnúmero de víctimas de la guerra sucia, el conflicto armado y la violencia sociopolítica, hemos empezado a generar diálogos comunitarios sobre nuestras maneras de vivir y de relacionarnos, a incentivar el surgimiento de otras versiones de la memoria, distintas a la memoria “oficial”, hemos empezado a movilizar acción social en defensa de la vida y sentimos que estamos empezando a incidir en la construcción de opinión pública a favor de la verdad, la justicia y la reparación integral, vistas y asumidas desde la perspectiva de las víctimas.
El Monumento por la Memoria y por la Vida se ha constituido en un pretexto para la construcción y la activación de la memoria (siempre que se instala se recogen nuevos datos suministrados por los familiares de las víctimas); un incentivo para resistirse individual y colectivamente a la desmemoria y el olvido; un ámbito propicio para la aparición de la palabra y la ensoñación de renovados proyectos de convivencia y de futuro y un pretexto propicio para la elaboración de duelos.
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